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Informe de Coyuntura #03 | 2025

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Marzo 2025

El año 2025 se presenta como un escenario político y económico de alta complejidad para Argentina, marcado por la interacción entre logros gubernamentales, vulnerabilidades emergentes y una dinámica electoral que redefine alianzas y estrategias. El oficialismo enfrenta un contexto dual: por un lado, consolida su imagen tras una recuperación económica tangible y un respaldo social aún robusto; por otro, lidia con errores no forzados —desde el discurso en Davos hasta el «criptogate»— que han expuesto fisuras en su coalición y revitalizado a una oposición peronista ávida de recuperar terreno.
En este marco, las tensiones internas dentro de La Libertad Avanza, su dependencia de acuerdos frágiles y el desafío de despegarse de figuras como Mauricio Macri sin perder capacidad legislativa, delinean un panorama donde la estabilidad política dependerá de una delicada articulación entre pragmatismo y cohesión ideológica.
En el plano económico, los indicadores reflejan una recuperación moderada pero heterogénea. El crecimiento del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) —con un avance interanual del 6,5%— evidencia un impulso sostenido, aunque con disparidades sectoriales significativas. Sectores como Intermediación Financiera y Comercio lideran la expansión, mientras que Pesca, Administración Pública y Servicios Turísticos arrastran contracciones que revelan los desafíos de consolidar un sendero de crecimiento de largo plazo. Esta dualidad se extiende al mercado laboral, donde una tasa de desempleo en leve aumento contrasta con la histórica tasa de actividad, sugiriendo un incremento en la precarización y el autoempleo como mecanismos de adaptación a un escenario de salarios reales estancados y presiones inflacionarias persistentes.
La inflación, aunque moderada en comparación con períodos anteriores, mantiene su rol como variable crítica. Con un IPC mensual del 2,4% en febrero de 2025, el alza en rubros esenciales —como alimentos y servicios públicos— tensiona el poder adquisitivo de los hogares y desafía la meta oficial de consolidar una trayectoria descendente. Este contexto, mantiene los riesgos del apoyo social al programa económico. No obstante, la reducción de la pobreza —evidente en distritos como la Ciudad de Buenos Aires— opera como un contrapeso simbólico, reforzando la narrativa oficialista de progreso gradual.
En vísperas de un año electoral crucial, donde se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, el gobierno apuesta a capitalizar su fortaleza macroeconómica y popularidad para ampliar su peso legislativo. Sin embargo, la combinación de una desinflación en progreso, tensiones distributivas y una oposición que ha logrado anclar su discurso en los errores gubernamentales, configura un escenario volátil.

Informe completo: