Informe de Coyuntura: Octubre 2024
Octubre tal vez haya sido el mejor mes de la gestión económica del presidente Milei. O al menos un mes para olvidar temporalmente lo que en nuestro informe anterior se hizo alusión con la metáfora de la “manta corta”. Luego de varios meses con un comportamiento errático y de una tendencia incierta, tanto la actividad económica como la inflación marcaron el punto de inflexión que tanto deseaba el gobierno.Por un lado, la actividad finalmente logró crecer algunos meses consecutivos y de manera desestacionalizada, alcanzando de esta forma los niveles de noviembre de 2023, nivel previo al cambio de gobierno. Por el otro lado, los precios minoristas lograron perforar el piso del 4% mensual en septiembre y del 3% en octubre, luego de que el proceso de desinflación transitara varios meses de amesetamiento.
Esto sumado al clima favorable que se mantiene en el plano cambiario-financiero, con la brecha a la baja, el BCRA comprando reservas contra todo pronóstico, el Riesgo País por debajo de 800 puntos básicos y los mercados financieros al alza. El blanqueo también tuvo un impacto significativo, con más de USD 20.000 millones declarados, lo que se tradujo en un incremento de los depósitos y en una mayor dinamización del crédito en dólares, además de la suscripción de obligaciones negociables del sector privado por unos USD 2.600 millones. El éxito del blanqueo de capitales le dio al gobierno algunos meses de alivio y facilitó el actual ciclo de euforia financiera. En este contexto, no solo los indicadores económicos acompañaron. Luego de las victorias políticas en el Congreso, donde logró vetar las leyes que ponían en riesgo el “innegociable” equilibrio fiscal logrado por el gobierno, tanto la confianza del consumidor como la del gobierno (que mide la UTDT) aumentaron después del traspié registrado en septiembre, subiendo 8,8% y 12,2%, respectivamente.
Con estos resultados el oficialismo terminaría el 2024 con una mayor tranquilidad a la esperada, esquivando por el momento tensiones inevitables en el plano cambiario. El programa económico, que viene tomando una forma más consistente con el paso de los meses, puede estirar por un tiempo el final del cepo, aunque mantiene sus debilidades y no está exento de riesgos: las reservas netas siguen negativas frente a un 2025 que se anticipa más desafiante, persiste la inquietud sobre la evolución del tipo de cambio real en el mediano plazo, y quedará por verse, el impacto que tendrá en los indicadores sociales la eventual recuperación de la economía real, por ahora incipiente y heterogénea. Por último, pero no menos relevante, el clima financiero internacional actual, caracterizado por condiciones favorables, podría experimentar transformaciones significativas a corto plazo, lo que eventualmente propiciaría un escenario de inestabilidad económica.
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